Supongo que todo el mundo ha tenido una de esas pesadillas en las que, sin saber cómo, está en el trabajo en pijama, o trata de correr y es imposible hacerlo, pues eso más o menos ha sido la Santa Cruz Extreme para mí. Una serie de circunstancias negativas que poco a poco fueron convirtiendo un reto apetecible en una agonía mental y física de ocho horas.
La verdad es que la carrera se podía defender sola, 42 kilómetros (que acabaron siendo casi 47) y más de 2900 metros de desnivel positivos y otros tantos negativos.
Los días anteriores ya fueron un poco inquietantes, varios días sin descansar bien por una pesada tos nocturna, la garganta tocadilla y un poco de fiebre la tarde antes. Pero había muchas ganas y estas cosas normalmente se resuelven con el pistoletazo de salida.
En la salida me junté con parte de la representación grancanaria, Ángel, Jose y Gonzalo, no muchos nervios pero sí bastante respeto porque el perfil y las condiciones climatológicas imponían.
Se da la salida con unos primeros metros para la galería por la arena de la Playa de Las Teresitas, salgo bastante atrás pero después de un rato recuerdo haber leído que había algún tapón inicial y trato de adelantar algunas posiciones. Aún así hay que parar en varios puntos, no pasa nada, nos esperan 6'7 km de subida para alcanzar los 720 metros de altitud, prisas las justas.
Me encuentro razonablemente bien, en un grupo que me para un poco pero que no pierde comba con el que le precede así que no tiene sentido adelantar. Marcho bastante cómodo durante toda la subida y cuando el terreno se despeja voy adelantando, al igual que al inicio del rápido descenso por asfalto. Al entrar en un sendero más técnico voy perdiendo posiciones, no quiero arriesgar ni reventar los cuádriceps tan pronto, aún así, primer resbalón, mano a la piedra más afilada y herida en la mano... "que todo lo que me pase sea esto" pienso mientras me limpio un poco la herida... que inocente.
Llego al segundo avituallamiento (km 12) bastante bien, con sensación de ir regulando. Al salir de allí nos dirijimos a Taganana para ponernos otra vez a nivel del mar. Gran parte de ese terreno va por un sendero con caída libre a la derecha, que me va estresando, voy a un ritmo decente pero con mucha tensión.
Al terminar el descenso (km 16) ya no me encuentro tan bien, parece que se me han ido las fuerzas y para colmo la zona es muy técnica, con mucha roca húmeda en la que empiezo mi festival de resbalones. Tan desconfiado iba que prefiero meter la pierna en el agua a probar a pisar las piedras para no mojarme. Empieza a pasarme media carrera mientras parezco un inútil avanzando.
Aquí empieza una subida de 12 kilómetros, con un descanso de kilómetro y medio, y un desnivel positivo de más de mil metros. La primera parte es muy técnica y continúo resbalando cada poco tiempo, pero a medida que el terreno es menos escarpado voy cogiendo ritmo. Estamos hablando de casi dos horas de ascenso, no sólo estoy cansado sino ABURRIDO. No recuerdo haberme aburrido y hartado tanto en una carrera, un paso, otro paso, todo muy cansino, todo muy largo y pesado, cada vez de peor humor.
A partir del kilómetro 21 ya iba con un dolor de cabeza brutal, no sé si por la misma causa que la fiebre del día anterior o por el cansancio que llevaba encima. Cinco kilómetros después por fin corono y, un poco más tarde, tengo una pista para correr a gusto en la que nada más entrar me pego un leñazo monumental.
El suelo era piedra maciza y al estar húmeda puso otra vez en evidencia a mis Salomon XT Wings 3, como ya comenté en el análisis sobre roca mojada van muy mal, o eso, o soy muy torpe, o perdí totalmente la confianza, porque no vi a nadie que fuera con tantos problemas como yo. Caí de espaldas sobre el "hueso de la risa" y lo peor es que al tratar de no caerme se me acalambraron ¡cuatro zonas del cuerpo a la vez! Entre ellas el segundo dedo del pie derecho, increíble. Por suerte venía un corredora detrás que me ayudó a levantarme sin que me diera ningún calambre más.
A partir de ahí cada kilómetro que pasaba me iba hundiendo un poco más. Todo el día estuvo muy cerrado, como si fueran las siete de la tarde y estuviera a punto de anochecer, moralmente era incómodo pero si además tienes miopía y astigmatismo y el bosque es cerrado no eres capaz de ver nítidamente el suelo, entre eso y el poco agarre de las zapatillas iba más lento descendiendo que cuesta arriba, totalmente cagado del miedo a otra caída.
Tan centrado iba en el suelo que no vi una baliza y me fui por la pista equivocada, como siempre en estos casos te equivocas cuesta abajo y te toca volver a subir con cara de imbécil. Por supuesto, a esas alturas ya no paraba de llover y me pasé horas empapado.
Mas tarde llegaba el desvío anunciado dos días antes por la organización, con un regalo de 2'5 kilómetros, para meternos en un barranco del que casi había que salir a cuatro patas, lo cual además hizo que la interminable subida final fuera aún más larga. Durante esa subida iba jurando en arameo pero adelantando gente, nada como no creer que te vas a caer en cada paso para avanzar
Pero eso duró poco, empedrada bajada final resbalando cada dos metros, ni siquiera caminaba, era aún más lento, kilómetros con pendiente favorable que tardaba 17 minutos en recorrer. Evidentemente a esas alturas ya estaba totalmente desconectado, cabreadísimo y me pasaba todo Dios preguntándome si me encontraba bien. Por suerte los últimos cuatro kilómetros eran por asfalto y pude POR FIN correr, porque de otro modo creo que hubiera llegado fuera de control.
La clasificación de traca, puesto 204 de 248 finishers, 111 de 136 en mi categoría, no iba a competir pero es un fracaso absoluto. En total, 8 horas y 16 minutos de disgustos, cabreos, agua, golpes y resbalones, sobre todo cientos de resbalones.
Por lo menos tuve la suerte de tener allí a la familia, además de poder conocer a Iván Padrón (Crónicas Runnianas), ya te tengo fichado ¡Nos vemos en La Palma!
La épica es una cosa y la agonía estúpida otra muy diferente, supongo que terminé por esa máxima de mentes cegadas por el arco de meta que dice que somos unos titanes y no nos retiramos. Si me hubiera marchado en el avituallamiento del kilómetro 32, habría hecho un buen entrenamiento, comprobado mil errores y ahora estaría menos cansado. Con los días empiezo a apreciar haber cruzado esa meta... pero muy poco a poco.
El tema organizativo fue muy irregular, cosas muy bien hechas (balizado, personal de seguridad, bolsa de corredor) y otras muy mal resueltas (suspensión de la distancia ultra, desvío decidido dos días antes de la carrera diciendo que no afectaba a la distancia y el desnivel lo cual no era cierto, no añadir un avituallamiento más por esta circunstancia). El recorrido es espectacular pero no es mi tipo de carreras, me harta y me estresa a partes iguales tanta complicación. Aparte de mis manías es una carrera que puede tener un buen futuro si la parte institucional se la toma en serio y por lo menos no le pone trabas.
El que organizó todo a la perfección fue Sergio que estuvo atento a nosotros durante todo el fin de semana, desde la recogida del dorsal hasta la carga de proteínas postcarrera.
La conclusiones de cara a la Transvulcania las dejo para otra entrada porque esta ya ha quedado muy extensa. La verdad es que nada más cruzar la meta el primer pensamiento era abandonar la idea de la ultra, pero vamos, que ya se me ha pasado.
Galerías de fotos Santa Cruz Extreme (actualizado 24/04):
Fotos de meta con tiempo final
LBDN Trail Team
Santa Cruz Sostenible
Carlos Sola
Fernando Piñero
Leticia Rodríguez
Jose Manuel León
Toñi Cruz (7Raid Trail)
Enfoque 3
Conchy RocRoc
Sport4u
Muchavida
Clasificación Santa Cruz Extreme 42km
Clasificación Santa Cruz Extreme 21km
Clasificación Santa Cruz Extreme 15km
Mi carrera en Garmin Connect
La verdad es que la carrera se podía defender sola, 42 kilómetros (que acabaron siendo casi 47) y más de 2900 metros de desnivel positivos y otros tantos negativos.
Los días anteriores ya fueron un poco inquietantes, varios días sin descansar bien por una pesada tos nocturna, la garganta tocadilla y un poco de fiebre la tarde antes. Pero había muchas ganas y estas cosas normalmente se resuelven con el pistoletazo de salida.
En la salida me junté con parte de la representación grancanaria, Ángel, Jose y Gonzalo, no muchos nervios pero sí bastante respeto porque el perfil y las condiciones climatológicas imponían.
Con Ángel y Jose antes de la batalla |
Se da la salida con unos primeros metros para la galería por la arena de la Playa de Las Teresitas, salgo bastante atrás pero después de un rato recuerdo haber leído que había algún tapón inicial y trato de adelantar algunas posiciones. Aún así hay que parar en varios puntos, no pasa nada, nos esperan 6'7 km de subida para alcanzar los 720 metros de altitud, prisas las justas.
FOTO: Conchy RocRoc |
Primeros tapones FOTO: sport4you.es |
Me encuentro razonablemente bien, en un grupo que me para un poco pero que no pierde comba con el que le precede así que no tiene sentido adelantar. Marcho bastante cómodo durante toda la subida y cuando el terreno se despeja voy adelantando, al igual que al inicio del rápido descenso por asfalto. Al entrar en un sendero más técnico voy perdiendo posiciones, no quiero arriesgar ni reventar los cuádriceps tan pronto, aún así, primer resbalón, mano a la piedra más afilada y herida en la mano... "que todo lo que me pase sea esto" pienso mientras me limpio un poco la herida... que inocente.
Llego al segundo avituallamiento (km 12) bastante bien, con sensación de ir regulando. Al salir de allí nos dirijimos a Taganana para ponernos otra vez a nivel del mar. Gran parte de ese terreno va por un sendero con caída libre a la derecha, que me va estresando, voy a un ritmo decente pero con mucha tensión.
Atento a las advertencias que avisan que el suelo resbala FOTO: LBDN Trail Team |
Al terminar el descenso (km 16) ya no me encuentro tan bien, parece que se me han ido las fuerzas y para colmo la zona es muy técnica, con mucha roca húmeda en la que empiezo mi festival de resbalones. Tan desconfiado iba que prefiero meter la pierna en el agua a probar a pisar las piedras para no mojarme. Empieza a pasarme media carrera mientras parezco un inútil avanzando.
FOTO:7Raid Trail (Toñi Cruz) |
Aquí empieza una subida de 12 kilómetros, con un descanso de kilómetro y medio, y un desnivel positivo de más de mil metros. La primera parte es muy técnica y continúo resbalando cada poco tiempo, pero a medida que el terreno es menos escarpado voy cogiendo ritmo. Estamos hablando de casi dos horas de ascenso, no sólo estoy cansado sino ABURRIDO. No recuerdo haberme aburrido y hartado tanto en una carrera, un paso, otro paso, todo muy cansino, todo muy largo y pesado, cada vez de peor humor.
Terreno "rompepiernas" FOTO: Carlos Sola |
A partir del kilómetro 21 ya iba con un dolor de cabeza brutal, no sé si por la misma causa que la fiebre del día anterior o por el cansancio que llevaba encima. Cinco kilómetros después por fin corono y, un poco más tarde, tengo una pista para correr a gusto en la que nada más entrar me pego un leñazo monumental.
El suelo era piedra maciza y al estar húmeda puso otra vez en evidencia a mis Salomon XT Wings 3, como ya comenté en el análisis sobre roca mojada van muy mal, o eso, o soy muy torpe, o perdí totalmente la confianza, porque no vi a nadie que fuera con tantos problemas como yo. Caí de espaldas sobre el "hueso de la risa" y lo peor es que al tratar de no caerme se me acalambraron ¡cuatro zonas del cuerpo a la vez! Entre ellas el segundo dedo del pie derecho, increíble. Por suerte venía un corredora detrás que me ayudó a levantarme sin que me diera ningún calambre más.
Aquí había más pendiente de lo que parece, corro porque me obliga el fotógrafo :) FOTO: Carlos Sola |
A partir de ahí cada kilómetro que pasaba me iba hundiendo un poco más. Todo el día estuvo muy cerrado, como si fueran las siete de la tarde y estuviera a punto de anochecer, moralmente era incómodo pero si además tienes miopía y astigmatismo y el bosque es cerrado no eres capaz de ver nítidamente el suelo, entre eso y el poco agarre de las zapatillas iba más lento descendiendo que cuesta arriba, totalmente cagado del miedo a otra caída.
Tan centrado iba en el suelo que no vi una baliza y me fui por la pista equivocada, como siempre en estos casos te equivocas cuesta abajo y te toca volver a subir con cara de imbécil. Por supuesto, a esas alturas ya no paraba de llover y me pasé horas empapado.
Peregrinando FOTO: sport4you.es |
Mas tarde llegaba el desvío anunciado dos días antes por la organización, con un regalo de 2'5 kilómetros, para meternos en un barranco del que casi había que salir a cuatro patas, lo cual además hizo que la interminable subida final fuera aún más larga. Durante esa subida iba jurando en arameo pero adelantando gente, nada como no creer que te vas a caer en cada paso para avanzar
Pero eso duró poco, empedrada bajada final resbalando cada dos metros, ni siquiera caminaba, era aún más lento, kilómetros con pendiente favorable que tardaba 17 minutos en recorrer. Evidentemente a esas alturas ya estaba totalmente desconectado, cabreadísimo y me pasaba todo Dios preguntándome si me encontraba bien. Por suerte los últimos cuatro kilómetros eran por asfalto y pude POR FIN correr, porque de otro modo creo que hubiera llegado fuera de control.
Fin del martirio |
La clasificación de traca, puesto 204 de 248 finishers, 111 de 136 en mi categoría, no iba a competir pero es un fracaso absoluto. En total, 8 horas y 16 minutos de disgustos, cabreos, agua, golpes y resbalones, sobre todo cientos de resbalones.
Por lo menos tuve la suerte de tener allí a la familia, además de poder conocer a Iván Padrón (Crónicas Runnianas), ya te tengo fichado ¡Nos vemos en La Palma!
En meta, mojado y no muy contento |
La épica es una cosa y la agonía estúpida otra muy diferente, supongo que terminé por esa máxima de mentes cegadas por el arco de meta que dice que somos unos titanes y no nos retiramos. Si me hubiera marchado en el avituallamiento del kilómetro 32, habría hecho un buen entrenamiento, comprobado mil errores y ahora estaría menos cansado. Con los días empiezo a apreciar haber cruzado esa meta... pero muy poco a poco.
El tema organizativo fue muy irregular, cosas muy bien hechas (balizado, personal de seguridad, bolsa de corredor) y otras muy mal resueltas (suspensión de la distancia ultra, desvío decidido dos días antes de la carrera diciendo que no afectaba a la distancia y el desnivel lo cual no era cierto, no añadir un avituallamiento más por esta circunstancia). El recorrido es espectacular pero no es mi tipo de carreras, me harta y me estresa a partes iguales tanta complicación. Aparte de mis manías es una carrera que puede tener un buen futuro si la parte institucional se la toma en serio y por lo menos no le pone trabas.
El que organizó todo a la perfección fue Sergio que estuvo atento a nosotros durante todo el fin de semana, desde la recogida del dorsal hasta la carga de proteínas postcarrera.
Lo que hay debajo es un solomillo |
La conclusiones de cara a la Transvulcania las dejo para otra entrada porque esta ya ha quedado muy extensa. La verdad es que nada más cruzar la meta el primer pensamiento era abandonar la idea de la ultra, pero vamos, que ya se me ha pasado.
Galerías de fotos Santa Cruz Extreme (actualizado 24/04):
Fotos de meta con tiempo final
LBDN Trail Team
Santa Cruz Sostenible
Carlos Sola
Fernando Piñero
Leticia Rodríguez
Jose Manuel León
Toñi Cruz (7Raid Trail)
Enfoque 3
Conchy RocRoc
Sport4u
Muchavida
Clasificación Santa Cruz Extreme 42km
Clasificación Santa Cruz Extreme 21km
Clasificación Santa Cruz Extreme 15km
Mi carrera en Garmin Connect
Bueno Manuel, como se suele decir, otra muesca en el cinturón. Las pasaste canutas pero lograste reponerte y terminar dignamente. Espero que te recuperes pronto y que puedas ponerte a tono para la Transvulcania. Ha sido un placer tenerte por la isla, nos vemos en un mes...
ResponderEliminarFelicidades Manuel! Mirándolo por el lado bueno, has terminado otra "ultra" con esos kilómetros extras. Lo de los neumáticos de lluvia te lo tienes que mirar porque no es normal tener tantos problemas de agarre. Ha sido un buen test de cara a la Transvulcania.
ResponderEliminarMacho deja de darte mas caña post-carrera, que bastante te diste durante la misma. esto ha sido sin duda un problema de coco, no hay mas.... ha faltado un cambio de chip, aquí sentado es fácil decirlo pero creo que ha sido lo que te ha sucedido. según te leía he recordado algún ultra en el que me pasó lo mismo, muuucho aburrimiento y muuucha desgana y llegar a esa meta por pura cabezonería pero sin disfrutar lo más mínimo. En alguna ocasión he tenido que parar, sentarme 15 ó 20 minutos analizar la situación y volver a reanudar la marcha totalmente reseteado.
ResponderEliminarno te quepa la menor duda de que con el paso de los días o las semanas valorarás mucho la gesta. Esto es así, no siempre se puede disfrutar y correr con la sonrisa de oreja a oreja. de Veras crees que ahora te sentirías mejor de haber abandonado sin tener problemas físicos?? ya lo dudo.
Enhorabuena joder!!! que te lo has currado.
Enhorabuena Manuel
Hay carreras de estas largas de montaña que salen así y no sabes bien porqué. Mal cuerpo, exceso de caña en los entrenamientos, mal día. Ni idea. Pero lo que hoy es malo, en unas semanas puede convertirse en bueno. Lo importante que te has curtido en el saber sufrir.
ResponderEliminarPD: Cuanta buena gente se juntó en esa carrera: Jose Y., Angel Arencibia, Sergio, etc.
A topeee pa la Transvulcaniaaaa¡ Mucho ánimo¡ Verás que estas malas sensaciones se te quitan. Enhorabuena terminar este tipo de carrera ya es un triunfo¡¡ Y lo has hecho muy bien con el mal cuerpo que tenías Saludos
ResponderEliminarNo te rayes, piensa que de algo habrá servido la experiencia y ánimo macho.
ResponderEliminarNi hablar, hay días buenos y hay otros que...
ResponderEliminarLa ruta duríiiiiiisima, por lo que se alcanza a ver y a leer. No vale la pena ni encabronarse ni nada. A seguirle dando, que vienen otras y ya habrá revancha.
Muchas felicidades!
www.cronicasmaratonytriatlon.blogspot.com
En carrera somos del middle pack, ahora a cabeza dura nos ganan pocos, felicidades, seguro que con el tiempo lo positivo prevalecerá.
ResponderEliminarDesde luego no es corriente leer una crónica tuya con sensaciones tan malas, no te encontrabas bien, la incomodidad de no sentirte seguro con las zapas...que hizo que te fueras de la carrera, no hay que darle más vueltas.Eres todo un campeón, lleno de pundonor y fuerza que volvió a terminar una dura carrera.Una carrera no tiene nada que ver con otra, ésta ya es pasado y la próxima hay que escribirla aún.Ánimo, un abrazo campeón
ResponderEliminarBuenos días Manuel, si te sirve de consuelo te puedo decir que has hecho una crónica casi paralela de mi carrera. Mi peor carrera, mi peor marca...una pesadilla. Iba leyendo tu crónica y parecía que estabas narrando mi carrera. En Taganana estaba entre los 30 primeros y al igual que tú empecé a hundirme en la miseria al empezar la Playa de Tamadite.
ResponderEliminarTarde algo menos que tú 6 horas 52 minutos, puesto 84, pero la cara de cabreo que llevo en cada foto que encuentro es fiel reflejo de lo que narras. Es verdad que era mi primera K42, pero no pensé pasarlo tan mal. Bueno no perdamos el ánimo y a mejorar para la siguiente. Un saludo.
Enhorabuena por acabar esa carrera pese a todos los impedimentos, como entrenamiento mental está más que superado.
ResponderEliminarLlevas mucho tute acumulado entre trabajo y entrenamientos a medias, no te fustigues :) yo no tendría ese aguante.
A lo mejor unos bastones te habrían venido muy bien, por el tema extra de seguridad que te podrían dar de cara a los resbalones.
Qué pasada de fotos ........... ¡cuánto verde!
Me recuerdas mi GTP, eso de bajar mas lento que se sube y las caidas te van minamdo mentalmente y al final solamente tienes ganas de salirte de la carrera.
ResponderEliminarPasa ya la página y centraté en la próxima que será totalmente distinta, al menos hasta el final no se baja ;-))
Todos tenemos una mala carrera, pero de esas malas, malas... pero seguro que ahora la cuentas como esa gran anéctoda, porque las carreras fáciles no tienen nada especial que contar, son sólo entrenamientos de pago.
ResponderEliminarYo soy de los que piensan que, aunque es una faena, viene bien llevarse de cuando en vez un palo de estos. Nos ponen en nuestro sitio, sin chuliqueos, y permiten hacernos valorar lo bueno.
ResponderEliminarPero además nos endurecen y nos enseñan un montón de cosas, o sea que casi podemos dar gracias de que nos pasen.
Al final cumpliste como un campeón durante 8 horas, enhorabuena...
Vaya pinta tiene el plato post carrera ...uffff
Un abrazo
Ahora que leo tú crónica, veo que ya no necesitas ánimos, que ya estas recuperado y que vuelves a creer en ti mismo, te lo dice uno que acaba de dar una petada de campeonato y ademas no tienes excusa, seguro que la Transvulcania en la buena. un abrazo.
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