Viajar al maratón de casa

Hoy tocaba una de las dos entradas que tengo pendientes del Maratón de Nueva York pero caí en la cuenta de que la gente quiere carnaza premaratoniana, así que lo dejaré para más adelante... otra vez, la actualidad manda.

Esta tampoco será la parrafada en la que explico lo que voy a hacer el próximo 26 de Enero, cómo pienso hacerlo o por qué voy con esa idea, mejor esperar a la última tirada larga no vayamos a gafarlo a última hora. Realmente no está directamente relacionada con el maratón pero va a hacer que la semana previa sea bastante diferente a lo que tenía planeado.

Una de las gracias de correr en casa es que no hay preparativos ni viaje previo, puedes recoger tu dorsal tranquilamente, adelantarte al resto de blogs enseñando la bolsa del corredor... pues esta vez no va a poder ser.

Hace un tiempo ya intenté explicar (con poco éxito) cuál era mi trabajo y una de las cosas que comentaba es que de vez en cuando toca viajar. Pues bien, este lunes comienzo otro de esos proyectos que tienen buena pinta y que a pesar de los viajes es difícil rechazar, por tanto me toca hacer la maleta durante las próximas seis semanas.

La semana premaratón la pasaré en Düsseldorf y las agujetas se irán de paseo a Newbury (sí, yo también tuve que buscarlo en la Wikipedia) una localidad cercana a Londres. El fin de semana del maratón no me quedará otra que llegar a Gran Canaria el viernes a medianoche, es lo que tiene vivir en el paraíso, por lo menos he conseguido un vuelo que me llevará a Londres el lunes a primerísima hora y no tendré que ir con el dorsal puesto al aeropuerto el mismo domingo.

Eso es Düsseldorf, y sí, eso blanco es nieve. A ver como está la próxima semana.
FOTO: akeruki.blogspot.com

Se supone que la semana siguiente al maratón es para descansar, pero viajar a un lugar nuevo y no llevar las zapatillas es uno de los pecados mortales del runner, si no hay molestias graves seguro que caerán un par de rodajillos.

Newbury tiene canal, primer candidato para unas correrías

Después tocarán cuatro semanas en Madrid que van a trastocar un poco los planes de cara a la Transvulcania. Los días laborables no podré hacer mucho entrenamiento específico y los fines de semana tampoco me voy a perder unas cuantas horas por el monte después de estar toda la semana sin ver a la familia. Ya veré como me lo monto, tiene pinta de que habrá que tratar de mantener la forma y posponer el trabajo específico para La Palma.

Pues eso, ya les contaré como me va por eso mundos de Dios, espero que los bloggers locales me informen de como están las cosas por aquí antes de la gran batalla cita.