#prayforboston


Ya es tarde y tenía preparada otra entrada, pero hoy no me podía acostar sin desahogarme delante del teclado después de lo ocurrido en el Boston Marathon.

Hay cientos de sucesos desgraciados en el mundo con los que lamentablemente nos acostumbramos a convivir, pero de vez en cuando hay alguno que nos afecta de manera más directa. Es un modo egoísta de sentir las cosas, pero creo que es inevitable ser más vulnerable a lo que sientes más cercano.

Hace unos años, el accidente del JK5022 me conmovió muchísimo porque en esa época viajaba constantemente entre Madrid y Gran Canaria, la mayoría de las veces con esa compañía y en algún caso a la hora del vuelo accidentado. Además del agobio de las llamadas que tuve que atender para confirmar que estaba bien, era capaz de imaginarme perfectamente allí dentro en el momento del suceso.

Algo parecido me ha pasado hoy al enterarme del atentado en el Boston Marathon. He estado en varios maratones, alguno de ellos de la magnitud de Boston, y soy capaz de ponerme en el lugar de la gente que se encontraba ayer en meta. Me imagino la recta final y sólo puedo ver corredores emocionados con su gesta y un público cercano a ellos que se emociona al ver entrar a los suyos. Pasar de ese momento de éxtasis colectivo a las imágenes que se han visto de Boston debe ser simplemente brutal, un sinsentido absoluto.

La imagen que más me ha impactado es la de la avalancha de corredores que la organización ha parado kilómetros antes de terminar la carrera. No sólo se acababa para ellos el sueño de terminar ese maratón, sino que comenzaba la angustia por desconocer cómo se encontraban los familiares, amigos o compañeros que estaban esperándolos en línea de meta. Tiene que ser una locura verse en esa situación.

Como dije hace un tiempo, conseguir la marca mínima para correr en Boston es mi gran objetivo a largo plazo. No sé si llegaré a pasar esa línea de meta, pero si algún día lo hago ya saben a quienes irá dedicado.

Comentarios

  1. Buena entrada Manuel! Es una verdadera injusticia,, tanto para los que corrian como para los que esperaban, y ademas es triste, que el sueño de esos corredores se haya visto truncado cuando ya habian hecho la mayor parte del esfuerzo...

    ResponderEliminar
  2. Hasta donde puede llegar este "sin sentido "!,se me escapa...mis condolencias a las víctimas.Un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Me enteré anoche antes de acostarme y todavía me parece increíble. Por más que lo intento sigo sin entender este tipo de actos.

    ResponderEliminar
  4. Yo también me enteré ayer antes de irme a dormir, como bien dices un sin sentido con el que nos encontramos demasiado frecuentemente y que en esta ocasión sentimos un poco mas cerca por poder identificarnos con los que estaban allí.

    ResponderEliminar
  5. Es algo inexplicable... solo pensar en los afectados y sus familiares y amigos se me estremece el corazón.
    Y como dices la angustia del corredor que no sabe si los que le esperaban en meta estarán bien.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  6. Es más o menos lo mismo que he sentido, gracias por expresarlo, estoy muy afectado

    ResponderEliminar
  7. Este mundo es así, la naturaleza humana es así. Dudo de que tuvieran algo personal contra el atletismo, simplemente se buscaba generar terror social.

    Nos sentimos cercanos a esto porque somos corredores. Pero no olvidemos que esto está ocurriendo en muchas partes del mundo. Hace pocos días 14 muertos y más de 150 heridos en Siria.

    ResponderEliminar
  8. Es una locura sin sentido, en todos los rincones del mundo están ocurriendo estos crímenes, pero nos llama la atención cuando se producen en nuestro lado del mundo y sobre todo si por algún motivo "nos toca de cerca".

    ResponderEliminar
  9. Nunca podré entender esa forma de hacer daño indiscriminada. Todos sabemos qué público hay en una meta. Preferentemente mujeres y niños.

    Gente con la ilusión de su familiar corredor reflejada en los ojos. Gente inundada de felicidad por el esfuerzo de los suyos.

    Es un acto de tal cobardía que yo me quedo sin palabras.

    ResponderEliminar
  10. Sin palabras me he quedado esta mañana.

    No hay derecho, no. Familiares llenos de ilusión que se han convertido, sin comerlo ni beberlo, en la diana de algún chalado. Un día muy triste.

    ResponderEliminar
  11. Yo estaba viendo la carrera en directo por el ordenador... a mitad de carrera me quedé dormido y cuando me desperté me fui pa´l parque a hacer 10 Kms... a la vuelta enciendo el ordenador y me quedé absolutamente nockeado...

    Estoy como tú que cosas como esta nos tocan muy de cerca porque hemos participado en carreras parecidas con nuestra familia en la recta de meta justo donde explotaron las bombas

    ResponderEliminar
  12. Esta claro que lo que tenemos mas cercano o amamos nos afecta de mayor manera, miles de personas mueren al año por cáncer y no nos afecta pero si le sucede a alguien de nuestro entorno ya es diferente. Pues esto es igual, y ahora lo peor es tener que plantearse si es buena idea que tu mujer y tus hijos vayan a verte a la meta del Maratón, está claro que te puede tocar en cualquier sitio, pero te hace pensar y el miedo está ahí. Que culpa tendría ese pobre niño de 8 años por dios.

    ResponderEliminar
  13. Lamentable el acto y malnacidos sus responsables.
    Como muy bien has expresado, los que corremos tenemos la empatía necesaria para saber lo terrible que ha podido ser para quienes estaban allí corriendo o animando. Eso nos acerca más, para conmovernos y desgraciadamente para sentir miedo, sobretodo si corremos en breve algún maratón.

    ResponderEliminar
  14. Esta cosas no me entraran en la cabeza nunca , no las llego a entender , que se adelanta haciedo daño de esta manera a miles de inocente , ojala caiga toda la ley sobre los culpables , saludos

    ResponderEliminar
  15. ¿Qué tipo de mente pudo maquinar algo así? ¿Cómo se pueden tener tantas ganas de hacer daño?

    ResponderEliminar

Publicar un comentario