Crónica Gran Canaria Maratón 2013: Esto es MARATÓN

Muchas veces le he dado vueltas a esta curiosa afición de correr maratones, sobre todo suele pasarme pocas horas antes de ponerme en la salida de cada uno de ellos. No tiene demasiado sentido invertir tanto tiempo y esfuerzo en una prueba en la que, por mucho que hayas entrenado, tienes tan poca seguridad sobre cual será el resultado. Pero... ¿saben en que momento nunca me lo he preguntado? Al final de cada uno de ellos. Haya tenido buenas o malas actuaciones en todos me he sentido recompensado.

El domingo volví a sentirme orgulloso de ser maratoniano y, sobre todo, muy afortunado de haber tenido la suerte de que todo se alineara para cruzar la meta con un amigo que entiende como nadie de qué va esto de sufrir y disfrutar sobre el asfalto.

Todo empezó más o menos como siempre, la verdad es que había estado muy tranquilo toda la semana, completamente convencido de que esta no era una carrera para demostrarme nada. A pesar de todo, la mañana del maratón la excitación fue en aumento, sobre todo contagiada por los compañeros con los que coincido en la zona de salida. Un grupo increíble de gente que disfruta con este deporte y que desprende una ilusión descomunal.

Mucha energía junta en este foto

Con Antonio, Sergio y Luisa, que llegó a "su hora".
Un rato después los tres se convirtieron en maratonianos

Durante esa mañana casi mi única preocupación era como llevar los 5 geles SiS que iba a tomar. En el bolsillo del pantalón había logrado meter cuatro y el último pensaba llevarlo en la mano hasta el kilómetro 10, cuando Pancho me dio la solución perfecta (ver foto). No me molestó lo más mínimo, queda apuntado para la próxima vez.

Me coloco en el cajón y salgo con la misma sensación que en el resto de maratones, me sobran fuerzas, es fácil ir a buen ritmo, las piernas están frescas. Así que me dedico a marcar un ritmo entre 4:40 y 4:45 el kilómetro sin muchos problemas, tengo la sensación de irme frenando, todo marcha bien.

Ambientazo
FOTO: Dninsan

En la muñeca llevo como referencia los tiempos de paso para hacer 3:30, no era un objetivo pero me serviría como base de cálculo para ir estimando el tiempo final. Por el kilómetro 10 ya estaba casi 3 minutos por debajo de esa marca, la carrera sigue siendo muy placentera. La zona de la Avenida Marítima y el Puerto la hacemos con bastante sol y me empiezo a temer lo peor, pero por la Playa de la Canteras tenemos sombra y se mitiga un poco la sensación de calor.

FOTO: María José Pérez

La segunda mitad de la vuelta conservo un poquito más y en varios kilómetros rondo el 4:50. No me dejo contagiar por el acelerón final de la gente del medio maratón, aquí he estado otra veces y sé que si te dejas llevar pueden ahogarte.

KM 18 - A buen ritmo
FOTO: Airam lg

Paso el medio maratón en 1:41, estaba bien pero sin tener esa sensación de ir a más que tuve en Berlín o Dublín. Era normal, la no-preparación de este maratón incluyó tiradas largas en montaña y no en asfalto, así que estaba seguro que en algún momento empezaría a perder ritmo.

Lo que no esperaba es que me hundiera de un modo tan radical. Nada más comenzar la segunda vuelta me quedo sólo con un viento de cara que únicamente me permite ir por debajo de 5:00/km hasta el kilómetro 23. A partir de ahí decido ralentizar la marcha con el objetivo de no quemarme pero, lejos de recuperar sensaciones, cada vez voy peor. La zancada se acorta, no puedo elevar los pies, los cuádriceps están durísimos y noto que tampoco voy nada bien de pulsaciones.

Empieza la soledad

El resto de los kilómetros son pura decadencia, unos pocos a 5:15, otro par a 5:20, el siguiente a 5:30... así hasta llegar a los 6 minutos, o lo que es lo mismo, entrar en modo supervivencia. La verdad es que no me dolía nada, simplemente no iba, era simple incapacidad.

El principio del fin
FOTO: Jose Javier

Durante toda la carrera veo a Gonzalo aparecer y desaparecer de mi vista periódicamente, cuando se perdía daba por hecho que iba mejor que yo y que estaría varios minutos por delante, pero desde luego no era nada normal que volviera a acercarme cada cierto tiempo con el penoso ritmo que llevaba. Sobre el kilómetro 34 coincido con Jose Yáñez, que estaba en el mismo proceso de desintegración que nosotros, me comenta que Gonzalo iba fastidiado aunque no me creo que vaya tan mal como yo. Se agradece hablar con alguien en esos momentos tan malos, por desgracia sin darme cuenta pierde contacto y sigo sólo en busca de la meta.

Fundido al segundo paso por Las Canteras
FOTO: Jose Alberto Santana

A partir del kilómetro 35 camino cuando me veo alto de pulsaciones o noto que no me encuentro bien. La verdad es que es un suplicio, los kilómetros no pasan. La gente que me adelanta parece que va en moto y enseguida les pierdo. Eso no quiere decir que no adelantara a nadie, ocasionalmente paso algún corredor, si yo iba fatal no me puedo imaginar lo que estaban pasando ellos.

En mi travesía del desierto me encuentro con Jose Alberto Alemán que me grita "¡son cuatro vueltas al Romano!", es curioso como los runners de la isla siempre medimos todo en vueltas al Parque Romano... sobre todo cuando no podemos más. Al acercarme a él me dice que si sigo corriendo así alcanzo a Gonzalo, sin duda supo como motivarme. Le voy a saludar pero me empuja en plan "dejate de mariconadas y ponte a correr", nada como un corredor de verdad para ponerte las pilas ¡Gracias crack!

Subidón al parar a saludar a la familia.
¿A qué no parece que estuviera tan machacado?

Llegando al kilómetro 38 camino un poco para tomar un gel, me echo a "correr" y poco después veo a mi familia. En ese momento me da un subidón tremendo, me acerco a ellos y le doy un beso al enano. Es la zona de contrameta y siempre hay bastante público, no me pregunten lo que me pasó, pero en ese momento decidí que iba a disfrutar de esos 4 kilómetros como si fuera la recta de meta.

FOTO: Dninsan

Empiezo a jalear al público, pedir ánimos y agradecerlos a todo aquel que los daba sin pedirlos. Me encuentro a la "fotógrafa oficial" de Pancho, ¡esos blogueros! grita, y a varios componentes de nuestro grupo de "transtornaos" que ya han acabado su carrera. Es como echar gasolina al fuego, sigo a mi rollo levantando a la gente. En la calle Triana me acerco en distintas zonas a varios de los niños que aplauden tímidamente y les doy la mano. En el camino de vuelta por la misma calle no me haría falta animar a nadie, los padres ya me estaban esperando para aplaudirme, una demostración de que siempre se recoge lo que se siembra.

Viniéndome arriba
FOTO: Corriendo tan Pancho

Ya no queda nada, esta hecho, sólo queda dejarse llevar hasta meta, pero... ¿ese que está ahí delante es Gonzalo? Le veo lejos pero empiezo a calcular que ritmo tengo que llevar para alcanzarle, acelero un poco temiendo que con el olor a meta se lance y no pueda llegar. Por suerte camina unos metros y aprovecho para casi pegarme a él, hasta que en la misma recta de meta le toco para que me vea. En ese momento me hace la pregunta más estúpida del mundo "¿Entramos juntos?".

FOTO: Sergio Marrero

Todo el sufrimiento se convierte en una alegría tremenda, era la recompensa a tantas penurias, y ya juntos empezamos a celebrarlo con el público. El resto es complicado de describir, parece que volvíamos de la guerra con mil heridas y mucho orgullo. Entramos juntos y nos abrazamos nada más pasar la meta, sin haber coincidido nunca, habíamos hecho la misma carrera y los dos lo sabíamos.

FOTO: Picdetroi

Por allí estaban muchos de los que esa mañana nos habían acompañado en la foto y lo celebraban con nosotros como si hubiéramos hecho marca personal, fueron unos minutos increíbles.

FOTO: Picdetroi

Después todo fue un poco confuso, llegué mejor que Gonzalo y le eché una mano en la zona de meta, estaba muy activo, cogí mi cerveza, hablé con la familia, pero cuando preguntaba dónde recoger la medalla empecé a sentir nauseas y me tumbé en el suelo. No me encontraba muy mal pero no acababa de recuperarme, así que por precaución terminé en una de las camillas del hospitalito donde me miraron el nivel de glucosa y la tensión, todo estaba bien pero tardé bastante tiempo en estar de seguro de que no me iba a marear y poder salir de allí. Agradecer a Jose Lobillo y Schuster que me acompañaran durante esos primeros momentos de mareos y nauseas.

Esto ya me fastidió el postmaratón porque el cuerpo no estaba para fiestas y el simple hecho de estar de pié en la zona de meta me estaba costando mucho. Una pena, porque me hubiera gustado ver entrar a nuestros debutantes, absolutamente todos se graduaron en una plaza complicada ¡Enhorabuena!

Esta costó conseguirla

En la clasificación general puesto 134 de 421 finishers y 34 de 76 en mi categoría (Veteranos-35), bastante bien teniendo en cuenta el desastre de carrera que salió, desde luego es mejor el puesto que la marca así que algo pasó en esta edición que penalizó los tiempos.

Definitivamente tengo esta carrera cruzada, el tiempo (3:41) me da un poco igual porque no venía a por una gran marca, pero lo que no esperaba era sufrir tanto. Aparte de las condiciones ambientales, sobre todo el viento y la típica humedad, y del hecho que no había preparado la carrera como es costumbre, creo que ya me he llevado tantos palos en este maratón que salgo condicionado y al mínimo contratiempo me vengo abajo.

Ahora toca pensar en mi objetivo principal de esta primera mitad de año, la Transgrancanaria Advanced. Ya habrá tiempo de preparar el asalto al Gran Canaria Maratón 2014, a ver si aunque sea por cabezón se deja ganar algún año.

Galerías de fotos Gran Canaria Maratón 2013 (Actualizado 04/02):
        Alejandro Ramos
        Antonio José Rodríguez García
        María José Pérez (parte1, parte2)
        Gilberto Perdomo
        La Provincia
        Canarias 7
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        El coleccionista de instantes
        Iván León Santiago
        Airam lg
        Gernot Mauritz
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        CARUCAT (parte1, parte2)
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Clasificaciones Gran Canaria Maratón 2013:
        10KM
        Media maratón
        Maratón