Crónica Dublin Marathon 2012: Keep going!

"Keep going!" Ese fue el grito de ánimo más escuchado durante el Dublin Marathon y en ello me concentré durante toda la carrera. Esta expresión se define como "Continuar haciendo lo que estás haciendo. Sobrevivir", no cabe duda de que es un mantra perfecto para terminar un maratón.

Si algo he aprendido de mi experiencia irlandesa es que para hacer un gran maratón hacen falta tres cosas: muchas semanas de duro trabajo, que los factores externos acompañen y encontrar la inspiración en el momento exacto. Por separado pueden ofrecer resultados satisfactorios pero juntar las tres es garantía de éxito.

Hasta la misma mañana de la carrera no tuve muy claro que fuera de la partida, a mis mareos previos, se unió un problema de estómago del enano que abortó las actividades turísticas y nos quitó casi todas las horas de sueño los dos días previos a la carrera. Así y todo, una vez que me puse el dorsal tenía claro que dentro de las limitaciones que marcaban las circunstancias trataría de hacerlo lo mejor posible.

Peregrinando a la salida.

De camino a la salida iba desesperado buscando un lugar en el que comprar un impermeable de urgencia, hacía mucho frío y esperar la salida en tirantes parecía que iba a ser muy duro. Tenía que haberlo previsto pero lo cierto es que al no tener decidido participar improvisé muchas cosas, ni estudio del perfil, ni tiempos detallados de paso (sólo una cinta para 3:30 que cogí en la EXPO), ni muchas de mis obsesivas rutinas previas. Me puse en la línea de salida "en pelotas", en comparación con los maratones anteriores, sin ninguna presión y con un puntito de rabia.

Mucho frío

Bastante frío

El primer detalle premonitorio fue que en la salida, guiado por no se sabe que mecanismo mental, me coloqué más cerca de las liebres del 3:15 que del 3:30. No pensaba seguirlas pero me pareció que era mi lugar, creo que si hubiera medido la distancia entre ambos grupos de "pacemakers" estaba colocado justo en la marca que terminé haciendo.

De salida ya iba rápido, saludo pero la cámara no me coge bien ;)

Se da la salida, voy más rápido que en Berlín al salir en la primera oleada, aunque se forman buenos tapones en las primeras curvas de noventa grados con bastante peligro de pisar o ser pisado y decir adiós a la carrera. Mucho público animando mientras poco a poco se van abriendo espacios cuando pasamos al lado de nuestro hotel en O'Connell Street. Voy cómodo, con un punto de tranquilidad a sabiendas de que lo normal es que lo pase mal si me acelero.

Perfil bastante "entretenido"

Hasta el km 11 todos los kilómetros pican hacia arriba pero, sin casi quererlo, voy metiendo tiempo al ritmo para 3:30 que llevo en la muñeca, clavando casi todos los parciales kilométricos entre 4:40 y 4:45. Durante la carrera casi no vi referencias de millas o kilómetros, iba tan concentrado que sólo ponía atención a mi zancada y al animoso público.

Iván malito pero animando.

En Phoenix Park se echa de menos de vez en cuando algo más de ambiente, el cual se concentraba en algunos puntos, pero, siendo un veterano del Maranalón, no correr sólo ya era bastante compañía. Cuando dentro de la segunda parte del parque empezamos a descender trato de no acelerarme pero los parciales empiezan a coquetear con el 4:30 sin la más mínima fatiga.

A la salida de Phoenix Park nos encontramos con la primera gran cuesta y con lo que sería una constante, mucha gente animando, pero animando de verdad, y ofreciendo de todo a los corredores; gominolas, fruta, agua, muchos niños pidiendo que choques sus manos, una pasada, daban mucho valor a lo que estabas haciendo. Por allí una chica me dice directamente "Keep going brown eyes" y claro, el ritmo mejora :)

El público irlandés, genial...

... y diferente.
FOTOS: Christian

Durante unos minutos se me engancha un poco el isquio izquierdo en las subidas y temo lo peor, con el frío la musculatura reacciona diferente y no sabía si me había fastidado, por suerte la molestia va desapareciendo. Los kilómetros siguen pasando y el ritmo se mantiene vivo, cierro el medio maratón en 1:39:12. Aquí estuvo la clave de la carrera, me veía muy entero y me dije "que sea lo que tenga que ser, pensabas terminar andando así que da todo lo que tienes y aguanta hasta donde puedas" ... y eso hice.

En el km 15 (Inchicore Road).
FOTO: Pat Carey

Hasta el kilómetro 37 entro en trance y me convierto en una máquina de adelantar runners, no hago prisioneros. Entre la media y ese punto kilométrico adelanto aproximadamente a 600 corredores, muchos si tenemos en cuenta que me encontraba sobre el puesto 1000 de 14500 participantes y que había salido muy adelante, o sea, los que corrían por esa zona del pelotón no iban de paseo. Me inspiran gritos como un "Well done guys! Not well, really brilliant!" o una pancarta que rezaba "It's only you Vs. you", todo ayuda.

Recién pasado el medio maratón, empieza lo bueno.
FOTO: Gordon Mills

Tomar un gel de más (cuatro) me vino bien pero pasado el kilómetro 30 empiezo a tener ganas de ir al baño, la mezcla de geles y pastilla para los vértigos hace estragos, genial teniendo en cuenta que también salí con ganas de orinar. Pero ya no se puede parar, voy siguiendo las referencias y bajar de 3:20 empieza a ser una posibilidad.

Empezando a sufrir.

Hubo un momento en el que pensé que iba a aguantar como una moto hasta la línea de meta pero en el kilómetro 37 empiezo a notar el degaste, primero con un tremendo agarrotamiento muscular que me impide alargar la zancada y después llega lo peor, una fatiga que me hace dudar si se trata del bajón lógico de un maratón o si el esfuerzo ha hecho que vuelvan los mareos de las últimas semanas. Hasta la línea de meta estaría dudando si parar a andar por precaución... evidentemente no lo hice.

Grafton Street ya está a la vista, un último esfuerzo.

Sabía que con aguantar sobre 5 minutos el kilómetro podía bajar de 3:20, fácil de pensar y muy difícil de hacer cuando empiezas a agonizar. La verdad es que no sé como lo conseguí pero logré aguantar más cerca del 4:50 que del objetivo propuesto. A falta de unos 3 kilómetros y medio me noto más suelto pero dura solo unos cientos de metros. Para colmo no veo ninguna referencia de las millas restantes y me tengo que fiar del Garmin sin tener muy claro lo que quedaba para terminar.

Últimos giros.

La agonía termina cuando reconozco el Trinity College y me doy cuenta de que después de una curva a izquierdas voy a estar en la larga línea de meta. Desde hace mucho tiempo el ambiente es increíble pero en la recta de meta es bestial. Hay una especie de griterío monocorde que se rompe con un estruendo cuando a falta de unos 300 metros levanto los dos brazos. No me podían haber dado mejor excusa para lanzar los puños cada ciertos metros para ver como la gente volvía a aumentar el nivel de decibelios, por Dios ¡que gustazo!

Por fin piso la alfombra

En ese momento era consciente de que estaba completando "la carrera" de mi (corta) vida como maratoniano en el momento que menos podía esperarlo. Abro los brazos y paso por el arco de meta en menos de 3:19, bastante más tarde me enteraría de la marca final (3:18:23), mejor marca personal completando la distancia en 11 minutos menos que en Berlín y clavando las dos medias (1:39:12 y 1:39:11). Ese segundo dato me parece simplemente increíble dada mi forma de correr y me hace pensar que he dado un salto de calidad muy importante.

Está hecho, toca disfrutar

También alucino al ver que hice el kilómetro 29 en 4:25, o el 31 en 4:29 cuando se supone que ya debería ir bastante machacado.

Y disfrutar...

Acabé en el puesto 1209 en tiempo neto sobre 12196 finishers (179 abandonos) y 309 de mi categoría.

Entrando en meta con los brazos abiertos
¡Lo hice!

Después de recoger la camiseta finisher me encuentro con Marian e Iván y como casi siempre me emociono. No es para menos, las últimas semanas han sido duras y el resultado era inimaginable, no sólo esa mañana, sino que esa marca todavía no la tenía en la cabeza y no estaba nada claro que me la pudiera plantear algún día. Sinceramente, correr un maratón a 4:42 el kilómetro era simplemente impensable para alguien que hizo su primera media en 1:58.

La medalla

Llevo varios días asimilando el logro, porque para mis condiciones sin duda lo es, y la sensación es de orgullo y de un poco de miedo pensando en enfrentarme nuevamente a la distancia con un precedente tan bueno. Supongo que es la maldición del maratoniano, acabas un maratón y ya estás pensando en como vas a afrontar el siguiente.

De momento vendrán unos meses de desconexión del maratón, por lo menos en su vertiente más competitiva, toca montaña y trabajo de base para seguir madurando como corredor.

Como dice la camiseta
"Dublin Marathon 2012 PROUD finisher!"

No sé si seguiré progresando en esta distancia, pero si me quedara aquí ya sería más que feliz con lo que he hecho. De todo modos los que me conocen saben que no soy nada conformista y que me daré bastantes batacazos antes de rendirme.

Están todos invitados a ver como lucho para tratar de bajar esta marca en un futuro, no sé si tendré éxito pero les aseguro que será entretenido.

GALERÍAS DE FOTOS:
          Gordon Mills
          Dennis McCoul
          Christian
          Pat Carey