Va quedando menos para el Dublin Marathon, exactamente un mes y un día. Parece una condena, pero lo cierto es que con el tiempo he empezado a cogerle el gusto a las tres semanas anteriores al maratón, esas en las que dejamos de machacarnos y nos ponemos a "afinar", un eufemismo que significa que estamos bajando volumen con la esperanza de volver a recuperar la sensibilidad en las piernas. Quedan sólo diez días de sufrimiento antes de comenzar a recomponer el cuerpo.
Lo que hace unas semanas eran nubarrones ahora se ha convertido en un cielo casi despejado que invita al optimismo. Los entrenamientos van funcionado, parece que por fin he dado con un maratón en el que hará fresco (hoy la máxima es de trece grados) y en casa el clima va dando un pequeño respiro.
Así que uno empieza a pensar en como debería afrontar la carrera, me arrepentiré por decirlo en alto pero, a diferencia de hace unos días, ya no me vale con terminar. Me he venido arriba, no sé si este estado durará hasta el día del maratón pero no tiene sentido resistirse a las buenas vibraciones.
A día de hoy tengo decidido que el gran día voy a apelar al espíritu irlandés, indómito,orgulloso de su identidad, dado a la mitología e historias ancestrales y respetuoso con la naturaleza que les rodea. Parecen buenas cualidades para reventar el muro, quizás fuera mejor rodearlo que derribarlo pero, que coño, hemos quedado en que voy a ser irlandés ¿no?
Irlanda es cuna de grandes atletas (Delaney, Coghlan, Treacy, O'Sullivan...), no de figurines, sino gente que hace de la cabezonería una virtud. Nada como curtirse en pruebas de cross donde salir del barro es una victoria para forjar el carácter competitivo.
Hace unos días compartí en las redes sociales un vídeo que voy a tener en mente el día de la carrera. Por un lado un superclase elevado a la categoría de mito, Steve Ovett, por otro John Treacy, medalla de plata olímpica en Maratón, dos veces campeón del mundo de cross y, sobre todo, irlandés. Un corredor sin un buen final en carreras dentro del estadio, pero con un espíritu indomable que le hacía luchar hasta el último metro para conseguir su objetivo. Pues bien, esto es lo que pasa cuando tratas de vacilar a un irlandés.
Dentro de un mes y un día espero que el tío del mazo se quede con la misma cara que Steve Ovett cuando cruce la meta. Si no es así por lo menos me quedará el consuelo de que lo he dado todo y empezaré a pensar en la próxima batalla mientras doy cuenta de una pinta.
PD: Esta entrada se ha escrito bajo la influencia del efecto alucinógeno de un entrenamiento bajo la lluvia de 16km a 4:39/km, ya se me pasará.
Lo que hace unas semanas eran nubarrones ahora se ha convertido en un cielo casi despejado que invita al optimismo. Los entrenamientos van funcionado, parece que por fin he dado con un maratón en el que hará fresco (hoy la máxima es de trece grados) y en casa el clima va dando un pequeño respiro.
Así que uno empieza a pensar en como debería afrontar la carrera, me arrepentiré por decirlo en alto pero, a diferencia de hace unos días, ya no me vale con terminar. Me he venido arriba, no sé si este estado durará hasta el día del maratón pero no tiene sentido resistirse a las buenas vibraciones.
John Treacy Typical Ireland |
A día de hoy tengo decidido que el gran día voy a apelar al espíritu irlandés, indómito,orgulloso de su identidad, dado a la mitología e historias ancestrales y respetuoso con la naturaleza que les rodea. Parecen buenas cualidades para reventar el muro, quizás fuera mejor rodearlo que derribarlo pero, que coño, hemos quedado en que voy a ser irlandés ¿no?
Sonia O'Sullivan Siempre he tenido una especial debilidad por esta atleta |
Irlanda es cuna de grandes atletas (Delaney, Coghlan, Treacy, O'Sullivan...), no de figurines, sino gente que hace de la cabezonería una virtud. Nada como curtirse en pruebas de cross donde salir del barro es una victoria para forjar el carácter competitivo.
John Treacy ganando la medalla olímpica (Los Angeles 84) |
Hace unos días compartí en las redes sociales un vídeo que voy a tener en mente el día de la carrera. Por un lado un superclase elevado a la categoría de mito, Steve Ovett, por otro John Treacy, medalla de plata olímpica en Maratón, dos veces campeón del mundo de cross y, sobre todo, irlandés. Un corredor sin un buen final en carreras dentro del estadio, pero con un espíritu indomable que le hacía luchar hasta el último metro para conseguir su objetivo. Pues bien, esto es lo que pasa cuando tratas de vacilar a un irlandés.
Dentro de un mes y un día espero que el tío del mazo se quede con la misma cara que Steve Ovett cuando cruce la meta. Si no es así por lo menos me quedará el consuelo de que lo he dado todo y empezaré a pensar en la próxima batalla mientras doy cuenta de una pinta.
PD: Esta entrada se ha escrito bajo la influencia del efecto alucinógeno de un entrenamiento bajo la lluvia de 16km a 4:39/km, ya se me pasará.
¡Vaya efecto alucinógeno!ya lo quisiera yo para el próximo finde ,pues ahora ando yo más de bajón, una vez que se acerca el día.
ResponderEliminarNo te hace falta apelar al espíritu irlandés,lo tienes de sobra y te bastará para cumplir con algo más que terminar el evento.¡Que siga la marcha...!Saludos
Si señor, por fin el calor nos da un respiro. Es una buena señal de cara a la semana que viene que empieza lo divertido. Felicidades por esos ritmos en los 16km que te marcaste ayer...
ResponderEliminarLo de entrenar bajo la lluvia está muy bien porque allí hay muchas posibilidades de que llueva. Si no llueve en carrera seguro que lloverá el día antes o el día después, ese clima dublinés.
ResponderEliminarJusto estoy leyendo ahora U2 by U2, pura Irlanda...
Si es que hasta consigues entrenar como si estuvieras en la tierra verde.
ResponderEliminarAl tio del mazo irlandes se le ha visto en la cola del INEM correspondiente.
Que buenas son esas últimas semanas!!!
Un fuerte abrazo
No es por nada pero eso de "me vale con terminar" no te lo creías ni tú! :-) Sales a muerte en todas y esta no va a ser distinta! En cuanto a tu último entreno chapeau! A ver si dura algo la bajada de temperaturas!
ResponderEliminarComo entrada esta bien, fenomenal, del nivel acostumbrado, pero ¿cuando dirás la marca prevista?. Amigo, pasan los días y el canario aun se resiste a silvar su canción. Canta para nosotros, canta...
ResponderEliminarEsperemos que esas buenas sensaciones te lleguen a la hora del maratón, ánimo que seguro que lo vas hacer bien, saludos.
ResponderEliminarSi señor, nada como un entrenamiento en condiciones climatológicas durillas de frío, lluvia o viento para venirnos arriba. A seguir así de camino al famoso tappering...
ResponderEliminarSi te soy sincero, no tenía ninguna duda de que al final irías a por todas.
ResponderEliminarDa igual los efectos alucinógenos, mientras te salgan pedazos de entrenos como ese!!!! animo, ya mismo te lo meriendas todo.
ResponderEliminarsaludos!
El tiempo ha "mejorado" para nosotros y las sensaciones están apareciendo. Es bueno que recuperes moral y seas ambicioso. Ya estás metido en la maratón.
ResponderEliminarVaya ritmos, eso no es alucinación, eso es una realidad como un piano. Seguro que en Dublín, lo darás todo y saldrá tu mejor versión...
ResponderEliminarSaludos...
Tengo la suerte de conocer a Irlandeses, y asemejarte a ellos es que eres una buena persona.
ResponderEliminarDos cooneeesss amigo Manuel.
salu2 desde matraquilandia.
El espíritu irlandés de un canario. Si señor. Cada vez queda menos. Vamos que el taperíng está cerca!
ResponderEliminarCamino del maratón de Dublin y con tan buena energía! Como me alegro de que te contagies de ese espíritu irlandés, es un espíritu muy luchador, ideal para un maratoniano (eso sí, no les copies en lo de beber).
ResponderEliminarTengo familia por allí y esa isla me tiene enamorada. Espero no tardar mucho en correr ese maratón, mientras tanto tomare nota de tu experiencia. Ánimo con lo que te queda.
Un saludo
Estás enchufadísimo...que sana envidia me generas. Mucho ánimo.
ResponderEliminarUn abrazo!