Resaca del Maranalón

Dicen que quien tiene buena noche no puede esperar buen día y más o menos eso es lo que me ha pasado después del Maranalón.

Los días después del maratón no indicaban que tuviera ningún problema físico más allá de la ampolla reventada en el talón y una uña dolorida. El martes me subí a la elíptica para hacer una primera revisión y tras 20 minutos muy tranquilos todo parecía estar en su sitio. 

Así que dos días después me calcé las zapatillas para hacer un rodaje de 8km para probar la respuesta de las piernas a los impactos de la carrera a pié. Todo perfecto, bien de ritmo y disfrutando de un rodaje mucho más tranquilo de lo habitual. Perfecto hasta el kilómetro 5 en el que empecé a tener un dolor en la parte externa de la rodilla derecha. Poco después paré y reanudé la marcha ya sin dolor pero kilómetro y medio después tuve que dejarlo para no forzar.

El sábado, trail imprudente en el que se repitió el dolor en la rodilla a media carrera, aunque lo cierto es que en la parte final del recorrido ni me acordé de él. Fin de semana sin problemas y descanso hasta el martes en el que salí otra vez con el objetivo de hacer 8km a ritmo tranquilo.

Muy concentrado en proteger la pierna derecha durante el rodaje, fui avanzando aguantándome las ganas de ampliar la zancada e ir más rápido. Ritmo sobre 4:50/km sin molestias hasta el kilómetro 6, aquí empieza el mismo dolor y paro inmediatamente para no forzar. Me vuelvo cabreado, no recuerdo cual fue la última vez que no completo un entrenamiento y en cinco días tengo que volver a casa antes de tiempo en dos ocasiones.

El caso es que todo apunta a síndrome de la cintilla iliotibial, lesión que me martirizó durante mis primeros tiempos como runner y que tenía totalmente olvidada. Los fuertes impactos con el asfalto durante los descensos del Maranalón creo que son el origen del problema, además he recordado algo que no incluí en la crónica del maratón, correr por el arcén hace que siempre vayas con una pequeña inclinación del cuerpo a la derecha y provoca que esa pierna se vaya cargando.

Evidentemente participar en el Universitrail no ha mejorado el problema, lo cierto es que no estoy peor que el jueves anterior a la carrera, ya que el dolor aparece incluso un poco más tarde, pero lógicamente tendría que haber mejorado más rápido si no hubiera incluido una segunda paliza en mi calendario.

La verdad es que esta lesión me da mucho miedo, es muy pesada y hay que ir incrementando kilometraje muy poco a poco, cruzando los dedos para que el dolor no aparezca. Además, es muy fácil recaer, todo esto hace muy complicado salir con confianza y disfrutar del entrenamiento. He parado la inscripción para Dublín hasta que no sepa como evoluciona el problema, el maratón de otoño me lo había planteado para entrenar a tope y buscar marca, si voy a estar renqueante durante la preparación prefiero dejarlo para otra ocasión y no meterme presión a la hora de recuperarme.

De entrada he decidido parar una semana y ver como está la rodilla pasado ese tiempo, renovaré las plantillas, haré pesas y me gustaría nadar. El problema es que puedo ir a tres tipos de piscinas: las que me quedan lejos, las que me provocan alergia por el tratamiento de aguas y las que están en obras. Parece que va a estar complicado hacer trabajo alternativo.

Casi no ha empezado el periodo de descanso y ya tengo unas ganas increíbles de correr rápido, sobre todo porque sé que tengo la forma para hacerlo. Se acepta cualquier consejo para tratar esta lesión, ahora mismo no tengo otra cosa que hacer que cuidarme durante una semana para tratar de poner la rodilla a punto.