Este maratón empezó con la noche más rara de los cinco que he corrido. El día anterior nos hicimos un lío al recoger los dorsales y Álvaro se quedó sin dorsal, así que dependíamos de que la organización lo llevara a la zona de salida. Noche de vueltas en la cama en la que ya tenía decidido pasarle el dorsal si la cosa fallaba, un maratón es demasiado largo para correrlo con remordimientos. Por suerte todo se arregló y, medio dormidos, los dos pudimos ser de la partida esa mañana.
Al llegar a Campo Caso hacía algo de fresquito pero ya se veía que el día estaba totalmente despejado, así que la cosa pintaba mal a medida que fuera avanzando la carrera y bajáramos por el Valle del Nalón.
En la zona de salida no eramos muchos, 105 participantes, pero se veía buen nivel. Si algo he aprendido en estos pocos años de competición es que cuando hay pocos inscritos el nivel medio suele ser más alto. Así que tengo claro que en el momento de la salida voy a ir a mi ritmo sin mirar al resto de corredores.
Como sospechaba la gente sale rápido, voy a buen ritmo pero tengo la sensación de que soy el más lento. Inicialmente se da una pequeña vuelta a Campo Caso por lo que se pasa nuevamente por la línea de salida, en ese momento ya estaba sólo, situación que se mantendría en la práctica totalidad de la carrera.
Los primeros kilómetros son muy favorables y es complicado acertar con el ritmo. Si vas muy lento se cargan mucho las piernas al estar reteniendo y, si te dejas llevar, eres consciente de que los impactos contra el suelo irán minando tu resistencia a medida que pasen los kilómetros. Decido ir ligero pero sin volverme loco tirando, a ritmo entre 4:35 y 4:45 por km voy muy cómodo y tengo la sensación de estar guardando energías. Sólo tengo un pequeño dolor en la planta del pie izquierdo y noto un roce por encima del talón derecho.
Todo el maratón es muy bonito pero esta primera parte es espectacular, estás encajado entre montañas y la mayoría del tiempo la vista se va hacia el cielo y no al asfalto como en la mayoría de las carreras. En ningún momento se corta el tráfico, vamos por el arcén derecho siguiendo la línea azul que nos llevará hasta la meta situada en Sama de Langreo.
Me encuentro sólo, pero en un minuto de diferencia estamos desperdigados cinco corredores. Prefiero no forzar para pegarme a alguien, voy bien escuchando música a mi aire y la simple referencia visual en la distancia me vale para tener una idea del ritmo de los demás.
Lo único que me va quemando es ver como dos de los corredores van recortando pasando al carril izquierdo en las curvas que giran en esa dirección, ahorrándose unos buenos metros mientras se juegan el cuello porque recuerdo que el tráfico no está cortado. Me acerco a ellos pero cada vez que llega una de esas curvas estiran un poco más la distancia. Lo peor es que en el momento que paso a uno de ellos se me pega y cada vez que pierde comba vuelve a recuperar recortando, el colmo vamos.
Las bajadas están regadas de cuestas que rompen el ritmo, al finalizar una de ellas en el kilómetro 16 noto que los cuádriceps fallan un poco y me empiezo a imaginar como pueden estar 20 kilómetros después. Decido intentar protegerlos lo máximo posible moderando el ritmo pero a esas alturas ya sé que el desfallecimiento llegará en algún momento.
En el km 20 se encuentra la afición (Marian, Ade e Iván) que no sólo nos animan en ese punto, sino que aprovechando que la primera parte del recorrido permite seguir a los corredores en coche, se han parado en varias zonas e incluso animado a nuestro lado desde el coche. Paso la media maratón unos segundos por encima de 1:38, muy buen ritmo.
A partir de este momento la carrera cambia, abandonamos la carretera principal y empezamos a movernos por pueblos, parques y avenidas fluviales. El descenso no es tan evidente y hay largas zonas de falsos llanos y cuestas cortas pero muy duras que van matando el ritmo de todo el mundo. A estas alturas el calor aprieta muchísimo y se empieza a notar la humedad propia del interior del valle. En cada avituallamiento he tomado una botella de agua que me ha acompañado durante un par de kilómetros en cada ocasión, pienso que voy bien hidratado pero las condiciones climáticas me empiezan a dar un poco de miedo.
A partir del kilómetro 25 empiezan los desfallecimientos, primero bajadas de ritmo y más tarde se ve gente caminando por agotamiento o lesión. Yo llevo 30km por debajo de 5:00/km, haciendo la gran mayoría de ellos entre 4:40 y 4:50. Me encuentro bien, entre el km 30 y el 34 bajo un poco el ritmo y me pongo entre 5:00 y 5:10, pero más por la orografía del terreno (tremenda cuesta la del kilómetro 32) que por la fatiga acumulada.
Quedan siete kilómetros y todo indica que con mantener el ritmo podría estar sobre 3:22 o 3:23 en meta, iluso de mí. Justo antes del avituallamiento del kilómetro 35, en el momento en el que entramos en un paseo fluvial, noto el típico agujero en el estómago que conozco de mis desfallecimentos en montaña, es muy leve pero me da miedo forzar y quedarme tirado. En ese momento de duda empiezan a desfallecer los cuádriceps, me falta fuerza de cintura para abajo, esto se complica. Tengo la suerte de que veo el avituallamiento a 100 metros, así que pienso, me relajo y paro a caminar mientras saco mi último gel y lo tomo tranquilamente, obligándome a no dejar ni una gota. En el avituallamiento cojo una botella de agua y sigo caminando para beber bien, en ese momento coincido con otro corredor que lleva pinchado desde el km 25 y nos ponemos a trotar juntos.
Voy muy mal de piernas, noto que la cintura va bajísima y que he perdido la poca técnica de carrera que tengo. Hay dos opciones, intentar quemar todas las naves y sufrir como un perro por intentar llegar a meta manteniendo el ritmo, o aprovechar el margen que llevo e imponerme un ritmo asequible asegurando una buena marca y llevándome un buen recuerdo de la carrera.
Me quedo con la segunda opción, lo reventado que estoy ayuda a tomar la decisión, me autoimpongo un ritmo de 5:30 por km ¿sencillo no? Pues no, a partir del km 35 en un maratón duele hasta pensar, esto es así. Me duele todo, pero aquí ya he estado muchas veces y en esta ocasión no voy a dejarme doblegar. En los primeros kilómetros de penurias me cuesta llevar el ritmo objetivo y se me va por unos segundos, pero en los cuatro kilómetros finales lo voy clavando.
En el perfil de carrera, los últimos 8 km parecen claramente descendentes, pero es una sucesión de falsos llanos ascendentes y descendentes, esto me come un poco la moral porque pensaba que serían favorables. Me desespero un poco, los kilómetros se me hacen eternos pero sigo luchando a pesar de tener los cuádriceps deshechos y al sol implacable que lleva mucho tiempo castigándonos.
Por fin entramos en Sama y me suenan las calles por las que estuve la tarde anterior, en la recta de meta está toda nuestra tropa armando un escándalo tremendo, lo que faltaba para completar el adictivo subidón. Los que hayan terminado un maratón ya saben lo que viene ahora; el dolor desaparece, de repente puedes correr erguido, sale una sonrisa tonta, los ojos reflejan todo lo que has pasado y te pones a un ritmo al que te sientes volar aunque en realidad estés haciendo un pseudosprint lastimoso... y en el momento que cruzas la meta, sólo gloria y algún pensamiento fugaz, esta vez para mi padre, que en su día (San Juan) seguro que cogió un buen asiento por ahí arriba para verme llegar.
Marca oficial 3:27:57, algún segundillo menos en tiempo neto pero como no paré el reloj me quedo con esta marca. Puesto 37 de 83 finishers y 10 de 21 en mi categoría, muchas bajas durante el recorrido. Por primera vez pasé por la camilla de masajes al finalizar una carrera, el dolor muscular en las piernas era insoportable al parar en la zona de avituallamiento y necesitaba algo que lo calmara, muy efectiva mi fisio aunque me hizo ver estrellas de mil colores.
Por cierto, ¿recuerdan que comenté que tenía un roce en el talón derecho al principio de la carrera? Pues aquí está...
Para rematar, la jornada acabó con trofeo tanto para mí como para Álvaro, que terminó nuevamente en unos mareantes 3:09 a pesar de que le traicionaron los gemelos por segunda vez. En el Maranalón se dan los típicos trofeos por categorías y después se premia a los primeros corredores que no han alcanzado premio por categoría y en ese grupo estábamos nosotros dos. No es que sea un podio pero tampoco se lo lleva todo el mundo, además te nombran, dicen de donde vienes y te entregan el mismo como si fueras uno de los ganadores, eso siempre hace ilusión.
La carrera a pesar de no ser homologable por el desnivel descendente es durísima, muy complicado regular al no haber terreno llano, un auténtico rompepiernas. Hablando con veteranos de verdad en esto de correr maratones (40 maratones uno de ellos) comentaba que es más sencillo hacer marca en uno llano, daban el ejemplo de San Sebastián, que en esta carrera. Por otra parte, el calor la hizo más dura que en otras ocasiones y según se comenta los habituales empeoraron su marca unos 10 minutos de media, algo que me da esperanzas de poder seguir mejorando en los maratones que están por venir.
Desde luego algo falla en esta carrera, aunque yo como visitante ocasional no lo he detectado, supongo que la gente de la zona tendrá una opinión más justificada por la que este maratón no tiene más apoyo. El recorrido es espectacular, prácticamente no hay maratones a esta altura de la temporada y, sin embargo, se inscriben muy pocos corredores y la indiferencia de la gente que pasa al lado de la carrera es alucinante. Desde mi punto de vista hay que hacerla alguna vez, es muy diferente al resto de maratones del calendario y, en mi caso, estoy seguro de que caerá en alguna otra ocasión aunque sea para correr muy tranquilo, si es que eso es posible.
Al llegar a Campo Caso hacía algo de fresquito pero ya se veía que el día estaba totalmente despejado, así que la cosa pintaba mal a medida que fuera avanzando la carrera y bajáramos por el Valle del Nalón.
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| Con Iván y Álvaro en la salida, los dos son rapidísimos |
En la zona de salida no eramos muchos, 105 participantes, pero se veía buen nivel. Si algo he aprendido en estos pocos años de competición es que cuando hay pocos inscritos el nivel medio suele ser más alto. Así que tengo claro que en el momento de la salida voy a ir a mi ritmo sin mirar al resto de corredores.
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| Un perfil "traicionero" |
Como sospechaba la gente sale rápido, voy a buen ritmo pero tengo la sensación de que soy el más lento. Inicialmente se da una pequeña vuelta a Campo Caso por lo que se pasa nuevamente por la línea de salida, en ese momento ya estaba sólo, situación que se mantendría en la práctica totalidad de la carrera.
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| Menos de dos kilómetros y ya me voy quedando sólo |
Los primeros kilómetros son muy favorables y es complicado acertar con el ritmo. Si vas muy lento se cargan mucho las piernas al estar reteniendo y, si te dejas llevar, eres consciente de que los impactos contra el suelo irán minando tu resistencia a medida que pasen los kilómetros. Decido ir ligero pero sin volverme loco tirando, a ritmo entre 4:35 y 4:45 por km voy muy cómodo y tengo la sensación de estar guardando energías. Sólo tengo un pequeño dolor en la planta del pie izquierdo y noto un roce por encima del talón derecho.
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| Primer avituallamiento, nadie por delante, nadie por detrás FOTO: A. Javier Fernández |
Todo el maratón es muy bonito pero esta primera parte es espectacular, estás encajado entre montañas y la mayoría del tiempo la vista se va hacia el cielo y no al asfalto como en la mayoría de las carreras. En ningún momento se corta el tráfico, vamos por el arcén derecho siguiendo la línea azul que nos llevará hasta la meta situada en Sama de Langreo.
Me encuentro sólo, pero en un minuto de diferencia estamos desperdigados cinco corredores. Prefiero no forzar para pegarme a alguien, voy bien escuchando música a mi aire y la simple referencia visual en la distancia me vale para tener una idea del ritmo de los demás.
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| Isotónica no, gracias FOTO: Ochobre (galería) |
Lo único que me va quemando es ver como dos de los corredores van recortando pasando al carril izquierdo en las curvas que giran en esa dirección, ahorrándose unos buenos metros mientras se juegan el cuello porque recuerdo que el tráfico no está cortado. Me acerco a ellos pero cada vez que llega una de esas curvas estiran un poco más la distancia. Lo peor es que en el momento que paso a uno de ellos se me pega y cada vez que pierde comba vuelve a recuperar recortando, el colmo vamos.
Las bajadas están regadas de cuestas que rompen el ritmo, al finalizar una de ellas en el kilómetro 16 noto que los cuádriceps fallan un poco y me empiezo a imaginar como pueden estar 20 kilómetros después. Decido intentar protegerlos lo máximo posible moderando el ritmo pero a esas alturas ya sé que el desfallecimiento llegará en algún momento.
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| Avituallamiento del km 20 |
En el km 20 se encuentra la afición (Marian, Ade e Iván) que no sólo nos animan en ese punto, sino que aprovechando que la primera parte del recorrido permite seguir a los corredores en coche, se han parado en varias zonas e incluso animado a nuestro lado desde el coche. Paso la media maratón unos segundos por encima de 1:38, muy buen ritmo.
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| Imposible no disfrutar el entorno FOTO: Rodrigo Vallina |
A partir de este momento la carrera cambia, abandonamos la carretera principal y empezamos a movernos por pueblos, parques y avenidas fluviales. El descenso no es tan evidente y hay largas zonas de falsos llanos y cuestas cortas pero muy duras que van matando el ritmo de todo el mundo. A estas alturas el calor aprieta muchísimo y se empieza a notar la humedad propia del interior del valle. En cada avituallamiento he tomado una botella de agua que me ha acompañado durante un par de kilómetros en cada ocasión, pienso que voy bien hidratado pero las condiciones climáticas me empiezan a dar un poco de miedo.
A partir del kilómetro 25 empiezan los desfallecimientos, primero bajadas de ritmo y más tarde se ve gente caminando por agotamiento o lesión. Yo llevo 30km por debajo de 5:00/km, haciendo la gran mayoría de ellos entre 4:40 y 4:50. Me encuentro bien, entre el km 30 y el 34 bajo un poco el ritmo y me pongo entre 5:00 y 5:10, pero más por la orografía del terreno (tremenda cuesta la del kilómetro 32) que por la fatiga acumulada.
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| Sigue la lucha solitaria FOTO: Ochobre |
Quedan siete kilómetros y todo indica que con mantener el ritmo podría estar sobre 3:22 o 3:23 en meta, iluso de mí. Justo antes del avituallamiento del kilómetro 35, en el momento en el que entramos en un paseo fluvial, noto el típico agujero en el estómago que conozco de mis desfallecimentos en montaña, es muy leve pero me da miedo forzar y quedarme tirado. En ese momento de duda empiezan a desfallecer los cuádriceps, me falta fuerza de cintura para abajo, esto se complica. Tengo la suerte de que veo el avituallamiento a 100 metros, así que pienso, me relajo y paro a caminar mientras saco mi último gel y lo tomo tranquilamente, obligándome a no dejar ni una gota. En el avituallamiento cojo una botella de agua y sigo caminando para beber bien, en ese momento coincido con otro corredor que lleva pinchado desde el km 25 y nos ponemos a trotar juntos.
Voy muy mal de piernas, noto que la cintura va bajísima y que he perdido la poca técnica de carrera que tengo. Hay dos opciones, intentar quemar todas las naves y sufrir como un perro por intentar llegar a meta manteniendo el ritmo, o aprovechar el margen que llevo e imponerme un ritmo asequible asegurando una buena marca y llevándome un buen recuerdo de la carrera.
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| Últimos kilómetros de calvario FOTO: Ochobre |
Me quedo con la segunda opción, lo reventado que estoy ayuda a tomar la decisión, me autoimpongo un ritmo de 5:30 por km ¿sencillo no? Pues no, a partir del km 35 en un maratón duele hasta pensar, esto es así. Me duele todo, pero aquí ya he estado muchas veces y en esta ocasión no voy a dejarme doblegar. En los primeros kilómetros de penurias me cuesta llevar el ritmo objetivo y se me va por unos segundos, pero en los cuatro kilómetros finales lo voy clavando.
En el perfil de carrera, los últimos 8 km parecen claramente descendentes, pero es una sucesión de falsos llanos ascendentes y descendentes, esto me come un poco la moral porque pensaba que serían favorables. Me desespero un poco, los kilómetros se me hacen eternos pero sigo luchando a pesar de tener los cuádriceps deshechos y al sol implacable que lleva mucho tiempo castigándonos.
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| A punto de entrar en recta de meta FOTO: Francisco Rivas |
Por fin entramos en Sama y me suenan las calles por las que estuve la tarde anterior, en la recta de meta está toda nuestra tropa armando un escándalo tremendo, lo que faltaba para completar el adictivo subidón. Los que hayan terminado un maratón ya saben lo que viene ahora; el dolor desaparece, de repente puedes correr erguido, sale una sonrisa tonta, los ojos reflejan todo lo que has pasado y te pones a un ritmo al que te sientes volar aunque en realidad estés haciendo un pseudosprint lastimoso... y en el momento que cruzas la meta, sólo gloria y algún pensamiento fugaz, esta vez para mi padre, que en su día (San Juan) seguro que cogió un buen asiento por ahí arriba para verme llegar.
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| Objetivo cumplido FOTO: Ochobre |
Marca oficial 3:27:57, algún segundillo menos en tiempo neto pero como no paré el reloj me quedo con esta marca. Puesto 37 de 83 finishers y 10 de 21 en mi categoría, muchas bajas durante el recorrido. Por primera vez pasé por la camilla de masajes al finalizar una carrera, el dolor muscular en las piernas era insoportable al parar en la zona de avituallamiento y necesitaba algo que lo calmara, muy efectiva mi fisio aunque me hizo ver estrellas de mil colores.
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| ¿Tengo que explicar por qué soy maratoniano? FOTO: Rodrigo Vallina |
Por cierto, ¿recuerdan que comenté que tenía un roce en el talón derecho al principio de la carrera? Pues aquí está...
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| Una batalla sin heridas no es una batalla |
Para rematar, la jornada acabó con trofeo tanto para mí como para Álvaro, que terminó nuevamente en unos mareantes 3:09 a pesar de que le traicionaron los gemelos por segunda vez. En el Maranalón se dan los típicos trofeos por categorías y después se premia a los primeros corredores que no han alcanzado premio por categoría y en ese grupo estábamos nosotros dos. No es que sea un podio pero tampoco se lo lleva todo el mundo, además te nombran, dicen de donde vienes y te entregan el mismo como si fueras uno de los ganadores, eso siempre hace ilusión.
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| Recogiendo el trofeo FOTO: Ochobre |
La carrera a pesar de no ser homologable por el desnivel descendente es durísima, muy complicado regular al no haber terreno llano, un auténtico rompepiernas. Hablando con veteranos de verdad en esto de correr maratones (40 maratones uno de ellos) comentaba que es más sencillo hacer marca en uno llano, daban el ejemplo de San Sebastián, que en esta carrera. Por otra parte, el calor la hizo más dura que en otras ocasiones y según se comenta los habituales empeoraron su marca unos 10 minutos de media, algo que me da esperanzas de poder seguir mejorando en los maratones que están por venir.
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| Ya hemos compartido tres maratones, esta foto empieza a ser un clásico |
Desde luego algo falla en esta carrera, aunque yo como visitante ocasional no lo he detectado, supongo que la gente de la zona tendrá una opinión más justificada por la que este maratón no tiene más apoyo. El recorrido es espectacular, prácticamente no hay maratones a esta altura de la temporada y, sin embargo, se inscriben muy pocos corredores y la indiferencia de la gente que pasa al lado de la carrera es alucinante. Desde mi punto de vista hay que hacerla alguna vez, es muy diferente al resto de maratones del calendario y, en mi caso, estoy seguro de que caerá en alguna otra ocasión aunque sea para correr muy tranquilo, si es que eso es posible.
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| Habrá que buscarle un buen sitio ;) |
Hasta el 30 lo has bordado porque vas fenomenal, lo de después es muy normal porque la carrera pese a ser de perfil "favorable" tiene constantes repechos que hacen que sufras pese a estar bajando, las piernas son muy sensibles a esos pequeños arreones, hacen que te dejes el glucógeno sin casi darte cuenta y hace calor que también afecta. Eso que tienes nivel para andar bajo los 3.20 pero en un recorrido menos duro y en otro mes. Comparto contigo lo de las carreras de poca gente, solo van los buenos y gente de club, recuerdo que en el de Castilla La Mancha era Campeonato de España de Maratón y eran 300 corredores, lo bueno es que haces un puesto cojonudo. Tío, has sido el décimo¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡, ni Gebre lo ha conseguido este año. (quita eso de "... de 21 de mi categoría" que desmerece tu hazaña).
ResponderEliminarFantástico Manuel¡vaya carrera!. Una crónica estupenda dónde reflejas como fué y como la has hecho.A destacar esa fortaleza que te hace grande en cada carrera, es admirable.El calor es muy determinante y con la dureza de la prueba más.Enhorabuena por tu esfuerzo en los momentos más duros.Merecidísimo trofeo en reconocimiento a tu carrera.Un abrazo
ResponderEliminarEnhorabuena campeón!!!. Me ha gustado mucho tu crónica con tantísimos detalles, muy motivante para plantearse hacer este maratón. Lo estoy pensando para el año que viene y seguro que releeré tu texto alguna vez más según se acerque.
ResponderEliminarVaya trofeo más bonito te has llevado además!!!, muy merecido sin duda.
Enhorabuena de nuevo Manuel! Otro maratón para la saca, buen tiempo, sufriendo como buen maratoniano el recorrido, el calor, el talón! ... Felicidades y ahora a recuperar, aunque seguro que no dejas pasar la Univeristrail! :-)
ResponderEliminarFelicidades Manuel! Ya tienes otro territorio más conquistado. Estoy seguro que las fotos no muestran todo el esplendor de ese paisaje Asturiano.
ResponderEliminarPienso igual que RA, tienes un 3h20m en tus piernas, ahora sólo falta encontrar el maratón adecuado.
Yo creo que lo que le falla a esa maratón son un cúmulo de cosas: perfil con repechos, marca no homologable, pero sobre todo la fecha. Para mi la mejor época para correr un maratón es de enero a marzo, porque las temperaturas son suaves y puedes hacer toda la preparación con el fresco del invierno. Sin embargo tu te has tenido que comer los calores de abril, mayo y junio en los entrenos.
En consejo, yo si fuera tu no correría el universitrail este finde después de la paliza del maranalon. Salu2.
Felicidades Manuel, otro maratón que acabas y con un tiempo realmente bueno. Ahora a recuperarse rápido que tienes otra carrera dura este sábado.
ResponderEliminarPor cierto, "¿aunque sea para correr muy tranquilo"? Sabes perfectamente que eso es imposible...
Tu padre estaba en primera fila, al llegar a meta.
ResponderEliminarPero estaba detrás tuyo durante toda la carrera, ahí sigiloso, empujándote, como los buenos padres.
Y tú has heredado esa virtud, marca de familia, y la aplicas con Iván.
Un abrazo
Muchisissiismas felicidades Manuel!! tu crónica me ha dejado sin palabras!!! impresionante!! lo de correr un maratón con tan pocos corredores y con tan poco público debe ser duro duro! y más aún la fecha que se celebra! solo para maratonianos como tú! eres un máquina!! y claro el tiempazo que te has marcado!! nuevamente muchas felicidades!!!
ResponderEliminarPor cierto, el próximo será el de San Sebastián no? :-)
Ahora a descansar y recuperar!!
bss
Tania
segun comentan, parece que el año proximo se va a hacer el maranalon en marzo, por lo que será más interesante. gracias por tu cronica, me encantan las pruebas "pequeñas", duras pero muy satisfactorias. yo corri el año pasado en toral de los vados y es parecida aunque sin tanto repecho. un saludo¡
ResponderEliminarTodas las maratones tienen su encanto, ya que entondas tienen una historia epica.
ResponderEliminarMuy buen crono teniendo en cuenta lo rompepiernas que es, Y tu que has corrido en Berlin, te recomiendo San Sebastian.
Bien Manuel, estas carreras donde hay muchos tramos de bajada son una trampa de doble filo. Acuérdate de Madrid, no sólo las subidas te rompen, sino la bajada continua donde uno se lanza. Si te dejas ir mueres muscularmente.
ResponderEliminarParece una carrera para disfrutar, el problema es que los maratonianos se ponen un par de fechas en el calendario de maratón y cuesta renunciar a otra maratón para hacer esta. Pero hay que defenderla y apoyarla, para que continúe.
Otra maratón más a la saca. ¿y en Otoño, qué?
Genial Manuel, cada vez le vas recortando más tiempo a tu amigo. Pronto te cascas una Maratón a su lado. Felicidades.
ResponderEliminarEres grande!!!! enhorabuena campeón!! magnífica crónica con final estupendo! no se puede pedir más.
ResponderEliminarun abrazo!
Esta visto que para ti cuanto más dura sea una carrera más te motiva y mejor se te da.
ResponderEliminarEnhorabuena! Otra para la saca. Felicidades por la carrera y por la crónica!
ResponderEliminarQuique
Lo que más me admira, ( aparte del crono final) es hacer la carrera practicamente solo, me cuesta imaginar un maratón en esas condiciones, viendo las fotos me hago una idea de lo duro que seria mentalmente, una vez mas has sabido sufrir y lograr tu objetivo, eres grande Manuel, un fuerte abrazo Enhorabuena
ResponderEliminarLo que más me admira, ( aparte del crono final) es hacer la carrera practicamente solo, me cuesta imaginar un maratón en esas condiciones, viendo las fotos me hago una idea de lo duro que seria mentalmente, una vez mas has sabido sufrir y lograr tu objetivo, eres grande Manuel, un fuerte abrazo Enhorabuena
ResponderEliminarFelicidades Manuel, gran narración de una gran carrera, y con premio final, eso tiene mucho mérito!
ResponderEliminarenhorabuena, manuel. una buena marca en una carrera complicada, entre el perfil con toboganes y la soledad...
ResponderEliminarMuy buena crónica y enhorabuena por el marcón a pesar de las dificultades. Llama la atención la escasez de asistencia y público con la buena pinta que tiene el recorrido.
ResponderEliminarGenial la crónica Manuel! Más que correr sólo, lo que peor veo es que no esté cortada la carretera, un tanto peligroso, no?
ResponderEliminar¿Nunca habías pasado por los masajes post-carrera antes?!?!?!?! Si eso es lo mejor!!!!!!!!! y si estás roto ni te cuento.
Qué bueno eres Manuel...está claro que por muy preparado que lleves el maratón al final siempre se sufre...me está dando miedo atreverme a hacer uno...me encanta tu crónica pero me da miedo a la vez...
ResponderEliminarManuel me alegro que bajaras la marca y que disfrutaras de un recorrido tan bonito... aparte en esta carrera te as hecho mas maratoniano que nunca, acabando con una herida en el pie desde los primeros km... es curioso que nos pase esto, te lo digo porque a mi me paso en el maratón de Barcelona desde el principio un roce en el dedo me jodió bien los 42km y mira que nos lo preparamos todo con tiempo.
ResponderEliminarRecibe mi más sincera enhorabuena por ese carrerón que has realizado. Como una vez leí en algún blog, el sufrimiento aunque a veces nos pasa factura es pasajero pero la satisfacción se queda con nosotros toda la vida ¡¡ FELICIDADES MANUEL !!
ResponderEliminarHa tenido que ser una experiencia única, 42 kilómetros son, en cualquier circunstancia, una hazaña, y con un perfil tan irregular y las condiciones climáticas que tuviste se hacen durísimos, sobre todo al final, cuando surte efecto todo lo que llevas acumulado de cambios de ritmo, pendientes y deshidratación. Supongo que el hecho de no ser homologable también afectará a la participación, pero como experiencia, desde luego parece única!
ResponderEliminarFelicidades Manuel, has hecho un carrerón y has disfrutado de la carrera; Estoy de acuerdo contigo en que has que probar maratones distintos. Descansa que te lo has ganado
ResponderEliminarHeridas en el talón, calor, falsos llanos donde no te los esperabas y algunos problemillas mas ... pero no hay quien te pare!! Enhorabuena Manuel!! Estas en un estado de forma brutal.
ResponderEliminarMuchas Felicidades Manuel!!!...Magnífica carrera a pesar de los problemillas finales....ese trofeo es merecidísimo
ResponderEliminarun abrazo