Tengo un plan para el Maranalón

Todos mis maratones empiezan con el diseño del plan de entrenamiento que voy a seguir. Me gusta jugar a entrenador conmigo mismo e ir viendo como cuadrar fechas, encajar carreras intermedias o definir la dureza del programa en función del objetivo que me haya marcado.

En todos mis planes maratonianos he tomado como referencia el método FIRST y en esta ocasión no va a ser diferente, aunque me permitiré bastante más licencias que en otras ocasiones ya que afrontaré mi quinto maratón de una manera muy distinta a los anteriores.

En ocasiones precedentes siempre he estado pensando en bajar mis marcas y me he ceñido de manera muy disciplinada al plan estándar, limitando las carreras en las que participo durante el mismo y pensando única y exclusivamente en el objetivo final.

En este caso el objetivo será otro, después de correr en Berlín y Gran Canaria he terminado un poco cansado de esa eterna lucha contra el crono, así que decidí que el próximo maratón me lo tomaría con tranquilidad. Nada de buscar un recorrido para hacer marca, ni el refugio de miles de corredores para que el ritmo no decaiga. Hace un tiempo ya expliqué las razones por las que el esquivo Maranalón sería mi siguiente elección.

El objetivo principal de estas próximas semanas será seguir madurando como corredor mientras disfruto de la competición cuando tenga oportunidad, ya sea en asfalto o montaña. El Maranalón será el premio final por haber mantenido la constancia durante toda la preparación.

Tomaré como referencia el plan para el Maratón de Berlín (14 semanas, dos menos que el plan FIRST completo), durante esa preparación sólo corrí tres veces por semana, abandonando las sesiones de elíptica y pesas por problemas logísticos en Madrid. Curiosamente salió mi mejor marca, aunque estoy seguro de que estaba en mejor forma en el pasado Maratón de Gran Canaria.

En esta oportunidad realizaré una sesión de elíptica de sólo 40 minutos a la semana y reservaré una horita para hacer pesas. Es más que en Berlín pero bastante menos que en mis planes habituales, donde realizo dos sesiones de una hora de elíptica además de las pesas. De este modo descansaré como mínimo dos días a la semana, o incluso tres cuando junte la elíptica y las pesas. Esto me servirá para tener más tiempo para otras cosas y vivir más tranquilo en comparación con el agobio de los seis entrenamientos semanales habituales.

Durante las primeras semanas incluiré cuestas más o menos en la mitad de mis entrenamientos tradicionales, priorizando la fuerza y los cambios de ritmo a los ritmos machacones, de forma que pueda participar de una manera más o menos decente en carreras de montaña. El Maranalón no es precisamente llano, así que puede venirme bien meter esa dureza en las primeras semanas, sólo será en el último mes cuando me dedique a afinar en el llano de cara al maratón.

Con esto creo que llegaré al 24 de Junio sin posibilidades de vencer al reloj pero en perfectas condiciones para enfrentarme a los 42 kilómetros. Pasado ese día volverá la búsqueda de la marca personal, pero esa será otra historia... y otro plan.