Crónica Canarias Vertical Run 2012 (Edificio Woermann)

El viernes pasado comenzaba lo que prometía ser un fin de semana muy entretenido, compitiendo por primera vez en dos pruebas diferentes en el corto espacio de 40 horas.

El primero de los retos era una incógnita total, subir las 22 plantas del Edificio Woermann (incluyendo el parking) lo más rápido posible. La verdad es que ni siquiera había hecho un simulacro de carrera y no tenía la menor idea de como debía correr, así que me enfrentaba a algo totalmente desconocido.

Con Aaron antes de sufrir

Nada más llegar a la plaza en la que se encuentra el Edificio Woermann me encuentro con Aaron, que a la postre haría un carrerón, y familia. Entre batallitas de runners y coñas vamos viendo como salen los competidores. Había que dar una vuelta a la plaza, descender tres tramos de escaleras hasta el garaje, correr por sus rampas y a partir de ahí "lanzarse" a subir escalones hasta la azotea del edificio.

Vemos que algunos corredores salen muy rápido y otros se lo toman con calma, el problema es que no nos enteramos del resultado final de cada uno de ellos así que no queda muy claro cual es el ritmo adecuado. Me resultó curioso ver corredores con auriculares cuando realmente no daba tiempo de escuchar ni una canción entera, yo ni siquiera me llevé el cronómetro, había que elegir entre ir viendo el tiempo mientras subías escalones o llegar con todos los dientes, y preferí lo segundo.

Un par de corredores de mi grupo se ausentaron y me tocó salir dos minutos antes de lo previsto, así que me quedé sin foto de Marian durante mi camino por la plaza, ya que no se esperaba que me pusiera en marcha tan pronto. Es curioso esto de las carreras contrareloj, estar parado totalmente sólo en la línea de salida durante un minuto mientras te dan la cuenta atrás añade tensión al asunto, de hecho salí muy rápido, demasiado como comprobaría más tarde.

Desciendo por las escaleras del parking con precaución para no caerme y a pesar de eso resbalo un par de veces, mal empezamos. Al no haber visto antes el circuito tengo la sensación de estar en un túnel, veo las indicaciones pero cada vez que doblo una esquina no sé lo que me voy a encontrar tras ella. La bajada es un poco más larga de lo que pensaba y, cuando salgo al parking, sigo la cinta que marca el camino pero voy despistadísimo tratando de ver un poco más allá de mi posición para anticipar los movimientos.

Salgo del parking por una pequeña puerta y ahí esta la escalera que me debe llevar a la azotea del edificio, empiezo a subir escalones de dos en dos como un poseso. Es tal el ritmo que me empiezo a marear, la escalera casi no tiene descansillos y siempre estás subiendo y girando.

La escalera infernal
FOTO: Bichillo Runner

En la planta siete cambiamos de escalera y "descansamos" unos metros, las piernas se me van un poco en el terreno llano pero parecen estar bien. Poco después de empezar la segunda escalera me doy cuenta de que voy totalmente asfixiado, miro el cartel y veo que estoy en la planta 10. Llega el primer colapso, el aeróbico, y aún me quedan 11 plantas (eran 21 plantas más el parking). A partir de este momento todo son pensamientos negativos porque me daba cuenta de que la había fastidiado por no conocer de antemano a que ritmo podía subir.

Desde ese instante no creo que se le pueda llamar correr a lo que hice, tiro con los dos brazos de los pasamanos tratando de arrastrar mi cuerpo lo más rápido posible pero me falta el aire. Aguanto como puedo hasta que me encuentro con el segundo colapso, el muscular. Estoy en la planta 15 cuando me quedo sin cuádriceps.

Puedo asegurar que hacer 7 plantas asfixiado, con el corazón a mil por hora y piernas de goma no es nada fácil. En esos momentos tengo la sensación de que voy a ser el último, sigo subiendo de dos en dos pero a veces trato, en vano, de correr escalón a escalón. Y es a falta de sólo dos pisos cuando me llega el colapso mental, me quedo prácticamente parado ante el tramo de escaleras sin saber como subir, de dos en dos, de uno en uno, tratando de correr, caminando, ¿me siento?... si me sacan una foto en ese momento estoy seguro de que era un clon de Chiquito de la Calzada.

Al final puedo poner un pié y después otro y después otro, hasta que paso la alfombra que se encuentra en la azotea. No hay gloria como en la carreras largas, ni levanto los brazos, sólo trato de coger aire mientras noto un regusto a sangre en la boca. Para colmo tratan de entrevistarme nada más llegar y comunico mediante gestos que no puedo soltar una palabra.

La bajada fue entretenida comentando con otro corredor cuanto habíamos sufrido. Después me volvería a encontrar con Aaron y entre toses repasamos la carrera. Es increíble lo que llegué a toser durante las horas siguientes y eso que sólo estamos hablando de 3 minutos y 49 segundos de carrera.

Misión cumplida
Se ve que el cuadriceps va cargadito

Resultado final, puesto 44 de 79 corredores y 12 de 21 en mi categoría. Me fui con la sensación de haber hecho un desastre de carrera, está claro que todo lo que queramos hacer medianamente bien hay que entrenarlo con un mínimo de dedicación y este no fue el caso. De todos modos me ha gustado este formato de competición, además de irme un poco picado, así que si el próximo año repiten pienso volver a enfrentarme a esa escalera y, como mínimo, vencer a la versión 2012 de Manuel Robaina.

"I'll be back"

Tras esta incursión en las carreras verticales tocaba recuperar para estar apunto el domingo por la mañana para un medio maratón de montaña... la crónica mañana.