Entrenamiento (29/03-04/04)

Una semana un poco distinta a las anteriores, ya que he tenido que cambiar el orden y el lugar de algunos de los entrenamientos debido a algún compromiso social y a las vacaciones de Semana Santa. Acostumbrado a la misma rutina, acabas un poco descolocado con tanto cambio aunque también es verdad que mentalmente puede ser un buen revulsivo a estas alturas de la preparación.

Ha sido duro completar el trabajo semanal, sobre todo debido al reto final que pesó sobre mi cabeza los días previos, al final cayeron 57 kilómetros más. A partir de esta semana el volumen descenderá poco a poco para llegar en la mejores condiciones a línea de salida.

• Martes: 15' (5:40/km) + 6x1200 (4:32/km-4:44/km)Rec:120'' trote + 10' (5:28/km) + est.
• Miércoles: Gimnasio
• Jueves: Natación (1500 metros en 45 minutos)
• Viernes: 10' (5:32/km) + 8km (4:46/km) + 10' (5:28/km) + est.
• Sábado: Natación (1550 metros en 45 minutos)
• Domingo: 32km (5:25/km) + est.

La primera sesión de series tuve que adelantarla un día y noté la falta de recuperación de la tirada larga anterior. El plan marcaba ritmos de 4:35/km pero, aunque siempre suelo ir por debajo del objetivo, las piernas no iban y hasta la tercera de las series no llegué a los ritmos marcados. Al final la cabezonería hizo que salvara el día, entrené más la capacidad de sufrimiento que la velocidad, pero pude completar el entrenamiento.

Con el objetivo de preparar un poco las piernas para los toboganes de Madrid, la sesión a ritmo tempo la realicé en un parque de Maspalomas que incluye una pequeña cuesta que rompe el ritmo cada 1100 metros. Me sentí muy bien, volvía a estar ligero después de recuperar las piernas, manteniendo un ritmo rapidísmo, todo volvía a estar en orden. Esta semana repetiré localización para endurecer un poco las piernas.

Como colofón, una supertirada de 32 km que tenía que decirme dónde estaba de cara a completar el maratón. El resultado final me hace encarar estás últimas semanas con mucha confianza, una pena los últimos seis kilómetros con un viento increíble en contra, que estuvo a punto de dar con mi sufrido cuerpo en el suelo hasta en tres ocasiones, porque había llevado un ritmo constante de 5:20/km, que al final no pude mantener. En esas últimas e interminables zancadas me hacía a la idea de que estaba peleando contra el tramo final del MAPOMA, ese que sobre el papel tiene pinta de infernal, para convencerme de no parar.

Ahora sí que no queda nada y ya he pasado la que consideraba la prueba de fuego de mi plan de entrenamiento. Hoy estoy cansado pero no hay dolores preocupantes, así que afrontaré estas tres semanas con la tranquilidad de saber que, independientemente del resultado final, he puesto todo lo necesario para estar en la mejores condiciones posibles el gran día.